Multitudinaria manifestación a favor de «Euskaldunon Egunkaria»


Fuente: Periódico Gara

Con la presencia de la mayoría de los sindicatos y partidos políticos, miles de personas se han manifestando en Bilbao a favor de "Euskaldunon Egunkaria" y en solidaridad a los cinco encausados.

BILBAO-. Con la presencia de la mayoría de los sindicatos y partidos políticos, se ha desarrollado en Bilbao la manifestación a favor de "Euskaldunon Egunkaria". La marcha ha partido pasadas las 17.00 de la tarde bajo el lema "Egunkaria libre!".
La cabeza de la manifestación ha llegado al Ayuntamiento alrededor de las seis de la tarde. Joan Mari Torrealdai ha sido el encargado de leer el comunicado final. En él ha exigido la absolución para los cinco encausados en el juicio que ha comenzado esta semana en la Audiencia Nacional. Además, ha agradecido el apoyo recibido tanto en estas últimas semanas como en los últimos siete años por parte de la sociedad vasca, así como por los sindicatos, partidos políticos, organizaciones sociales e instituciones.
"Junto al euskara también nos agredieron a todos los euskaldunes; agredieron al único periódico del mundo que se publica en euskara; a la identidad que da el euskara a los euskaldunes, al idioma que aman los vascos...; por ello, los ciudadanos dijeron que 'ya basta' hace siete años. Y como entonces, también ahora", ha manifestado Torrealdai.
Ha asegurado que la absolución es la única manera de comenzar a resarcir aquella injusticia. "Los ciudadanos vascos queremos ser libres, en una Euskal Herria libre en la que 'Egunkaria' sea libre", ha subrayado.
También ha tenido un recuerdo para las trece personas que esta semana han sido juzgadas en la Audiencia Nacional española y para los encausados en el proceso contra Udalbiltza.
En la manifestación ha participado entre otros el presidente de EBB, Iñigo Urkullu, los representantes de la izquierda abertzale Jone Goirizelaia y Rufi Etxeberria; el Diputado General de Gipuzkoa, Markel Olano, los lehendakaris Jose Antonio Ardanza y Carlos Garaikoetxea; el secretario general de EA, Pello Urizar; el coordinador de EB, Mikel Arana; el vicecoordinador de Aralar, Jon Abril; la secretaria general de LAB, Ainhoa Etxaide; el secretario general de ELA, Adolfo Muñoz. Asimismo, también participan numerosos representantes de la cultura vasca como los escritores Kirmen Uribe y Angel Lertxundi y; el presidente de Euskal Herriko Bertsozale Elkartea, Iñaki Murua; el secretario general de Kontseilua, Xabier Mendiguren; o el presidente de Euskal Herriko Ikastolen Konfederazioa, Koldo Tellitu.
La protesta cuenta con el apoyo de organismos como Kontseilua, Topagunea, Udalbiltza o amnistiaren aldeko mugimendua; sindicatos como ELA, LAB, CCOO-Euskadi, EILAS, EHNE e Hiru; y la mayoría de partidos políticos. Así han mostrado su apoyo a esta movilización la izquierda abertzale, EAJ, Aralar, Abertzaleen Batasuna, EA, Ezker Batua, Hamaikabat, Alternatiba Eraikitzen, Zutik y Gazte Abertzaleak.

"La absolución, única forma de corregir la injusticia y el agravio"

Juan Mari Torrealdai, uno de los imputados, ha leído un comunicado alegando que el proceso es un "ataque" contra euskera. La marcha silenciosa ha terminado frente al Ayuntamiento de Bilbao.
Miles de personas han secundado la marcha que ha recorrido las calles de Bilbao para pedir la absolución de los cinco directivos del Egunkaria que están siendo juzgados en la Audiencia Nacional.
La marcha silenciosa ha comenzado a las cinco de la tarde en la plaza Aita Donosti y ha finalizado frente al Ayuntamiento con la lectura de un comunicado por parte de Juan Mari Torrealdai. El directivo de Egunkaria ha declarado que el proceso es un "ataque" contra el euskera y que "la absolución es la única forma de corregir la injusticia y el agravio".
Representantes de PNV, Aralar, EA, EB, Hamaikabat y Alternatiba, así como de los sindicatos ELA, LAB, CC.OO., ESK, ESTE-Eilas, EHNE e Hiru han participado en la movilización bajo el lema 'Egunkaria libre'. El ex lehendakari Juan José Ibarretxe también ha estado presente en el acto.
Los manifestantes han arropado a los imputados, Martxelo Otamendi, Juan Mari Torrealdai, Xabier Oleaga, Iñaki Uria y Txema Auzmendi, quienes han encabezado la marcha durante todo el recorrido.

El caso Egunkaria ya está en marcha


Fuente: Kaos en la red

El juicio del «caso Egunkaria» ya está en marcha. Los cinco procesados -Iñaki Uria, Xabier Oleaga, Joan Mari Torrealdai, Martxelo Otamendi y Txema Auzmendi- reivindicaron su labor y la del diario clausurado y desmontaron las tesis acusatorias. Negaron haber recibido órdenes de ETA para dirigir el rotativo. Defendieron su «independencia» y «pluralidad». Y no pasaron por alto la denuncia de las torturas sufridas en comisaría para imponerles una declaración.

El juicio por el cierre de «Euskaldunon Egunkaria» comenzó ayer en la Audiencia Nacional española ofreciendo una imagen insólita. Además de las decenas de personas que acudieron a Madrid a arropar a los cinco imputados -entre ellos representantes de todos los partidos políticos abertzales-, la Fiscalía ni siquiera tomó parte al entender que no hay delito ni pruebas que lo sustenten. El representante del Ministerio Público, Miguel Ángel Carballo, se limitó a ratificar su petición de archivo de la causa al inicio y se mantuvo en silencio durante toda la jornada, sin realizar ninguna pregunta a los procesados.
La primera sesión del juicio se prolongó durante muchas horas a pesar de que los acusados tampoco contestaron a las preguntas realizadas por la AVT y Dignidad y Justicia. Sin embargo, los cinco fueron desmontando punto por punto las imputaciones realizadas en su contra respondiendo a las cuestiones planteadas por sus letrados. Iñaki Uria, Xabier Oleaga, Martxelo Otamendi, Joan Mari Torrealdai y Txema Auzmendi defendieron la «independencia» y «pluralidad» del diario clausurado por el juez Juan del Olmo en 2003 y negaron también haber recibido órdenes de ETA para desarrollar su labor.
Las comparecencias empezaron después de que el presidente de la sala, Javier Gómez Bermúdez, desestimara la petición de las defensas de no aceptar como testigos a los «peritos» de la Guardia Civil por «enemistad manifiesta» con los imputados al haber participado en las detenciones y haber sido algunos de ellos citados a declarar en las denuncias de torturas realizadas. El juez Gómez Bermúdez intentó que los procesados no relataran los malos tratos sufridos durante la incomunicación argumentando que no se juzgaban en el procedimiento, pero al final todos dieron a conocer lo padecido en comisaría.
Torrealdai reveló que tras ser detenido por la Guardia Civil tuvo que recibir tratamiento sicológico durante un año y Otamendi detalló las vejaciones de índole sexual realizadas por los agentes que le custodiaron, además de la obligación de realizar ejercicios físicos hasta la extenuación. Uria también contó que le colocaron la bolsa en la cabeza una y otra vez hasta casi producirle la asfixia, que le pusieron una pistola en la cabeza y simularon un disparo, que le apuntaron con armas infrarrojas y que le golpearon con un listín telefónico.
Sin injerencias de nadie
Uria fue el primero en declarar y, tras recordar que ha trabajado en «Argia», «Egunkaria» y ahora en Hamaika Telebista, subrayó que su labor siempre se ha ceñido al ámbito cultural y del euskara, y que jamás ha pertenecido a formación política alguna.
Explicó que en la década de los 80 y, sobre todo, tras el nacimiento de ETB, la demanda de un diario en euskara aumentó en la sociedad vasca y que así surgió el grupo dinamizador, Egunkaria Sortzen. Al igual que Torrealdai y Auzmendi recalcaron en sus intervenciones, Uria destacó que ese grupo estaba integrado por unas 70 personas de diversas ideologías y que era «amplio y plural».
Una de las acusaciones contra «Egunkaria» es que ETA habría realizado los nombramientos de los cargos directivos. Uria negó tajantemente esa imputación y dijo que fue el fallecido Joxemi Zumalabe quien le propuso ser subdirector de «Egunkaria», labor que desempeñó durante varios años hasta ejercer de consejero delegado a partir de 1993.
El zarauztarra precisó también que fue el Consejo de Administración el que eligió a Otamendi como director del diario. El actual director de «Berria» aseguró que en los diez años en que dirigió el periódico en euskara actuó con absoluta libertad y que si hubiera tenido conocimiento de alguna propuesta de ETA para el cargo «no habría aceptado».
En este sentido, Torrealdai explicó que antes de elegir a Pello Zubiria como primer director se barajaron muchos nombres y que no hubo ninguna injerencia por parte de nadie para decantarse en este proceso.
El siguiente en declarar fue Oleaga, que explicó que efectuó la declaración policial después de que la Guardia Civil le asegurara que le dejarían «en paz» si contestaba a dos preguntas. Según indicó, querían que dijera que en 1993 estaba trabajando en «Egunkaria», por un lado, y que fue Uria el que le propuso como redactor jefe, por otro. Oleaga reveló que conoció después las razones de esas preguntas, ya que la acusación contra el diario clausurado está basado en unos documentos intervenidos a miembros de ETA y datados en marzo de ese año.
Sin embargo, señaló que en su vida laboral se puede comprobar que fue en 1995 cuando entró a trabajar en el diario euskaldun, una vez que dejó «Egin», y que asumió el puesto de redactor jefe en febrero de ese año.
La comparecencia de Otamendi se centró en explicar las razones por las que el diario clausurado ha publicado entrevistas a ETA, comunicados y zutabes de la organización armada. El tolosarra argumentó el «interés mediático» de esa información, recordó que esta práctica está validada en la jurisprudencia estatal y de otros países, y defendió el «secreto profesional» de los periodistas para no tener que revelar las gestiones

Razones para la absolución de Egunkaria


Carmen Lamarca Pérez(*)

El calificativo de terrorismo ha adquirido en nuestra sociedad y en nuestro sistema jurídico una desmedida vis expansiva por cuanto se invoca para hacer frente a fenómenos y actitudes de muy distinta naturaleza, en demasiadas ocasiones de mera disidencia política, y para justificar decisiones político-criminales difícilmente compatibles con los valores de libertad y pluralismo que consagra nuestro texto constitucional. En este contexto, cabe incluir a mi juicio el procedimiento penal abierto contra las personas que integraban el denominado “Proyecto Egunkaria” porque, ciertamente, resulta difícil comprender cómo puede calificarse como delito de terrorismo la fundación y el posterior desarrollo de un proyecto de orden estrictamente cultural como es la creación de un periódico en euskera instituido con la finalidad de lograr una mayor difusión y promoción de esta lengua y creado en la más estricta legalidad al amparo de la libertad de expresión y de libre empresa.
De entrada, lo cierto es que, desde que en febrero de 2003 la Audiencia Nacional ordenase la entrada y registro y posterior clausura del periódico Egunkaria, la acusación planteada no ha resultado nunca muy clara; de hecho, aún hoy a las puertas del juicio, no se aclara si de lo que se acusa es que la organización ETA fundara Egunkaria, aportara dinero para su formación, dirigiera en la sombra el periódico o recibiera aportaciones económicas del mismo; a todas estas variadas y contradictorias cuestiones se alude más o menos directa o indirectamente, según va interesando, y ninguna de ellas ha quedado, como no podía ser de otra forma dado que no es cierto, acreditada en la causa. En realidad, y como puede apreciarse con una somera lectura del procedimiento, lo que hay en el mismo es mucha especulación y poca certeza, tan poca certeza que el propio Fiscal ha terminado por retirar la acusación que sólo se sostiene por el empecinamiento de las asociaciones de víctimas del terrorismo.
En cuanto a la primera de las cuestiones, creo que no resulta difícil sostener que el periódico Egunkaria no fue fundado ni siquiera auspiciado por la organización ETA. Como es sabido, la idea de crear un diario en euskera no es ni mucho menos reciente, data de antes de la guerra civil, época en la que tuvo una vida efímera, y la puesta en marcha del actual proyecto Egunkaria, que lógicamente ya se venía gestando desde hacía años, se produce tras el estudio que en 1988 encarga el Gobierno vasco sobre la viabilidad de un periódico de estas características. Pero además, todos los documentos que constan en la causa y que hacen referencia al periódico, y que por cierto aunque incautados a miembros de ETA no son de esta organización sino de terceros, no hablan del proyecto como de algo propio de la organización armada sino como de uno más de los movimientos o luchas populares, de las iniciativas ciudadanas que existían en aquel momento en el País vasco; la única conclusión lógica que se desprende de la lectura de estos textos es que las organizaciones o personas que los redactan señalan que hay que aprovechar estos movimientos políticamente, es decir que se manifiesta interés por determinadas reivindicaciones populares, buscando quizás apoyarlas para obtener implantación social, pero claramente puede verse que el proyecto Egunkaria, como los demás a los que se alude, son proyectos ajenos en todo caso a quienes redactan estos documentos y singularmente a ETA.
Pero es más, en apoyo de la conclusión anterior el propio Servicio de Información de la Guardia Civil no tiene más remedio que reconocer en sus informes que las personas que pusieron en marcha el periódico Egunkaria no tenían una “clara vinculación” con la organización ETA aunque, eso sí, añade de su propia cosecha, sin fundamentación ni prueba alguna, que precisamente esta falta de vinculación de las personas de Egunkaria con ETA se buscó de propósito por la banda armada. Y ante estas temerarias conclusiones nos preguntamos, ¿resulta creíble que una organización como ETA deje en manos de personas ajenas, de fuera de su confianza, la creación de un proyecto propio o que le interesara?. Lo que ocurre en este caso, como en otros a los que se alude en esta misma causa, es que no se produce por las partes acusadoras una interpretación lógica o deductiva de textos, ni siquiera una presentación objetiva de los mismos, sino una auténtica manipulación interesada que conduce a un resultado perverso: o bien el proyecto de Egunkaria es de ETA porque las personas que lo dirigen son de ETA o bien el proyecto de Egunkaria es de ETA porque, precisamente para disimular, las personas que lo dirigen no son de ETA, argumentación falaz que no deja salida alguna.
En segundo lugar, cabe también concluir que no sólo ETA no fundó Egunkaria sino que esta organización no ha ejercido control alguno sobre su actividad. En este sentido, la acusación se basa, de un lado, en que la banda intervino en el nombramiento de dos de los Directores del periódico, acusación que también queda desacreditada con la lectura de los documentos probatorios de los que se desprende claramente que quienes los redactaron no apoyaban precisamente a los candidatos que resultaron elegidos e incluso en el caso del último de los Directores del periódico, Martxelo Otamendi, se afirma expresamente que ni siquiera le conocían, por lo que difícilmente podrían haber impuesto su nombramiento.
En cuanto al control económico, eje para un auténtico dominio de la empresa periodística, tampoco se nos alcanza, quizás porque no se nos explica, de qué forma se produce el control de ETA; por el contrario, sí consta acreditado que todas las relaciones que mantiene Egunkaria durante su trayectoria empresarial es con sociedades o empresas perfectamente legales. Desde luego, lo que no se prueba, ni siquiera indiciariamente, es que la organización ETA aportara dinero para la creación ni para el mantenimiento del periódico Egunkaria, lo que nos habría resultado desde luego inaudito; todos sabemos que Egunkaria se financió inicialmente con cuestaciones, rifas y aportaciones individuales y desde luego este sistema de financiación no resulta un procedimiento habitual de la organización ETA que, según acredita nuestra jurisprudencia, obtiene sus fondos de otras formas menos inocentes. Finalmente, que las aportaciones económicas conseguidas por Egunkaria a través de estos procedimientos hayan sido o no declaradas a Hacienda, o que su actividad mercantil pudiera presentar alguna irregularidad, son cuestiones que nada tienen que ver con el supuesto control económico de ETA ni con la competencia de los Juzgados Centrales de Instrucción.
En realidad, lo único que resulta probado en esta causa, y esto no constituye delito alguno, es que la organización ETA estuvo informada durante algunos años (sólo de 1990 a 1993) de asuntos relativos a Egunkaria como lo estaría y seguirá estando de otras muchas cuestiones. Pero lo que es más importante es que no existe prueba alguna, quizás porque nunca ha sido cierto, de que se dieran directrices a Egunkaria como, por ejemplo, sobre la línea editorial a seguir, las personas que debían o no trabajar en el diario, quienes podían o no escribir en sus páginas, sobre qué temas, y en qué sentido debía o no pronunciarse el periódico y, en definitiva, sobre las cuestiones que verdaderamente suponen controlar un periódico. Es más, en la causa se reconoce que hasta el año 1996 Egunkaria no reproduce ningún comunicado de ETA lo que no resulta lógico si efectivamente existía un control de esta organización y ello aunque, como también se afirma en algún documento del procedimiento, esto se hiciera para no despertar sospechas. Si no se ordena una determinada línea editorial, ni se escoge a los trabajadores, ni se reproducen comunicados, ni el periódico se forma con personas vinculadas a ETA, ¿como cabe decir que ETA controlara Egunkaria?, ¿cuándo y, sobre todo, de qué forma pensaba ETA “sacar rendimiento” a Egunkaria? En realidad, creo que no hay indicios serios en toda la causa no ya del control sino ni siquiera de un verdadero interés de ETA por Egunkaria.
Por todo ello, creo que no cabe en modo alguno sostener una acusación por integración, ni directa ni indirecta, en asociación terrorista en el caso Egunkaria. Desde luego va a resultar francamente difícil establecer cómo la actividad de la sociedad Egunkaria, que es editar un periódico en euskera, pueda resultar delictiva y de hecho nunca ha existido una acusación contra el periódico porque sus artículos o editoriales constituyeran un supuesto de colaboración con banda armada, provocación o ni siquiera apología y, como es sabido, la integración en una asociación ilícita se prueba precisamente por la realización de actividades delictivas realizadas en nombre y por cuenta de esa asociación. Pero además, y por si acaso, también hay que aclarar que la integración en banda armada no se produce por la coincidencia o la comunión con los fines ideológicos de una organización aunque ésta sea ilícita como es el caso de ETA y, en este sentido, si lo que se pretende es sostener que desde Egunkaria se defendía o se favorecía la idea de un Estado independiente, socialista y euskaldún (lo que por cierto tampoco se tuvo por el “ideario” del periódico que desde un primer momento declaró defender una línea abierta) estas finalidades son perfectamente lícitas en un Estado democrático donde lo único que justificaría su persecución sería que el logro de estos fines se realizara por medios violentos, medios que, evidentemente, no ha utilizado nunca Egunkaria ni se logran con la edición de un periódico.
En definitiva, y como señalábamos al principio, lo que no cabe es que un Estado democrático difumine las fronteras entre el terrorismo y la disidencia y utilice la legislación penal contra el adversario político o, sencillamente, y como es el caso, contra los representantes de un sector cultural cuya única arma ha sido hacer uso de la libertad de expresión. Todas estas razones nos llevan a proclamar que en el “Caso Egunkaria” sólo cabe la absolución si de verdad se quiere que derecho y justicia caminen de la mano.
(*)Carmen Lamarca Pérez es Profesora de Derecho Penal y Abogada.

El juicio por el cierre de Egunkaria comenzará el 15 de diciembre


Casi siete años después del cierre del diario en lengua vasca Egunkaria, la Audiencia Nacional ha hecho pública la fecha de inicio del juicio. Las dos primeras sesiones de la vista oral se celebrarán el 15 y 16 de diciembre, después se aplazará la continuación de la vista hasta enero.
Martxelo Otamendi, Iñaki Uria, Joan Mari Torrealdai, Txema Auzmendi y Xabier Oleaga se enfrentan a peticiones de entre 12 y 14 años de prisión. El tribunal especial decidió abrir juicio oral sólo con las acusaciones de la AVT y Dignidad y Justicia tras desestimar la petición del archivo de la causa por parte del fiscal.
La campaña de solidaridad con Egunkaria continua en los distintos puntos del Estado donde se han formado plataformas solidarias. La Plataforma de Madrid en Apoyo a Egunkaria dispone en su web un formulario de recogida de firmas de apoyo a los encausados. El manifiesto ya cuenta con más de 200 firmas de colectivos y personas procedentes del mundo de la prensa, la política, la abogacía, el arte, la cultura, la okupación, movimientos vecinales y de barrio...
Desde la campaña de apoyo a Egunkaria se lanza una invitación a adherirse al manifiesto y a participar de los actos que durante el juicio se realicen en solidaridad con los procesados de Egunkaria y contra el cierre de medios de comunicación.
Egunkaria Libre!
Plataforma de Madrid en Apoyo a Egunkaria.
Madrid, a 27 de Noviembre de 2009

¿Sabias qué en el Estado Español los poderes públicos cierran periódicos?


Es el caso del diario Egunkaria
El diario Egunkaria se fundó en 1990, siendo hasta entonces el único periódico publicado íntegramente en euskara. Hubo una efímera y valerosa experiencia en la Guerra Civil con el diario EGUNA, que en aquella difícil situación aguantó hasta la toma de Bilbao por los franquistas en julio de 1937.
En la línea editorial de Egunkaria destacaban valores como independiente, plural, progresista, nacional, promotor del euskara....
La empresa editora se fundó en 1990 con aportaciones de unos 1.500 accionistas.
En febrero de 2003 la Audiencia Nacional procedió al cierre del diario y detención de 10 personas (nueve directivos, y otra persona sin vinculación alguna a la estructura del diario), cinco de los cuales denunciaron haber sufrido torturas en los días que permanecieron incomunicados en manos de la Guardia Civil. Entre todos han permanecido en prisión provisional 30 meses.
Se les acusa de pertenencia a ETA, lo que no tiene ninguna base ni se sustenta en prueba alguna.
El fiscal ha solicitado el archivo definitivo del caso por falta de pruebas. A pesar de ello, y sin que exista acusación privada, la Audiencia Nacional ha decidido ir a juicio, basándose exclusivamente en una acusación popular presentada por la AVT y Dignidad y Justicia, que solicitan entre 14 y 16 años de cárcel para los 5 directivos del Egunkaria.
El juicio se celebrará en Madrid en las próximas semanas, y posiblemente sea silenciado por los poderes y algunos medios de comunicación.
El mismo día del cierre los trabajadores publicaron un periódico en euskara, Egunero, y 4 meses después nació el diario Berria, con 24.040 accionistas y que ha tomado el relevo de Egunkaria en cuanto a la defensa de los valores y cultura vasca.
Desde el cierre se han producido numerosos actos de solidaridad en Euskal Herria y en diferentes puntos del estado español, destacando los celebrados en Catalunya, Madrid, Galicia, País Valenciano, Canarias... La repercusión mediática internacional del cierre de Egunkaria fue tal vez la mayor que nunca un caso vasco haya tenido.
Nos enfrentamos a un verdadero recorte de las libertades de expresión, a un ataque a la pluralidad informativa, al derecho al desarrollo de la cultura y la lengua vasca y un ataque a los derechos humanos por las torturas sufridas.
Esta lucha nos afecta a todos y todas: Solidarízate
Octubre de 2009

Manifiesto en apoyo al diario Egunkaria y a las personas procesadas


Nunca debería haber sucedido, pero en febrero de 2003 la Audiencia Nacional cierra Egunkaria, el único diario publicado en lengua vasca, y procede a la detención de varios de sus directivos, en base a un expediente elaborado por la Guardia Civil. Varios de los detenidos denunciaron haber sufrido torturas durante su estancia en las dependencias policiales.
A pesar de que la fiscalía solicitó el archivo definitivo del caso, por la falta de consistencia de las acusaciones formuladas; la Audiencia Nacional, atendiendo a la acusación popular de la AVT y Dignidad y Justicia, ha decidido la celebración del juicio, que tendrá lugar en las próximas semanas.
Consideramos que el cierre del diario Egunkaria, y el procesamiento de parte de sus directivos, debe ser rechazado, porque:
Supone una negación de la libertad de expresión y un ataque a la pluralidad informativa, que todo estado, que se considere democrático, debe respetar y defender.
Resulta un ataque en toda regla contra el euskara y la cultura euskaldun en su conjunto, así como al derecho de las vascas y vascos a desarrollar unos medios de comunicación propios.
Las torturas padecidas por algunos de los procesados son totalmente inadmisibles, y se suman a la larga cadena de denuncias de malos tratos en el estado español, de las que incluso se ha hecho eco el Relator Especial de la ONU contra la Tortura, Theo Van Boven.
Por todo ello hacemos un llamamiento para denunciar estos hechos, animando a la sociedad a mostrar su solidaridad con las personas que van a ser juzgadas; y a defender los derechos democráticos, que se ven seriamente conculcados por este y otros procesos, y cuyo recorte nos afecta a todos y todas.
Invitamos a cuantos colectivos y personas estén interesadas, a adherirse y difundir este manifiesto, participando activamente en las campañas y actos que se realizarán para denunciar el recorte de libertades que este caso representa, y mostrar la solidaridad con los procesados.
Octubre de 2009